jueves, diciembre 09, 2004

EL JURAMENTO.


Ahora, obligado por algo que no puedo ver
avanzo rindiéndome a la historia.
Por tu gloria, juro que cabalgo por ti
y confió que tu poder
viaja conmigo.
Soy
servidor, lo soy y siempre lo seré,
a través de un sueño
he llegado a una vieja puerta
perdida en la niebla.
Estuve ahí cien veces o más
golpeando con mis puños,
ahora adentro, el fuego de lo viejo arde
entra un muchacho y para que un de ahí salga un hombre
di mi palabra y gané la llave
di mi corazón y lo liberé
no hay vuelta atrás en esta odisea
porque de pronto me siento tan vivo
y me pregunto, ¿este soy realmente yo?

Stanley Eysen 1981

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