Se marcho sola, pero era diferente a como regreso.
Sus ojos estaban a punto de reventar por las lágrimas, el deseo de dejar aquella idea no dejaba de sonar en su cabeza. Camino a la iglesia y encontró el rastro que buscaba y que le condujo al puerto; donde contemplo aquel cadáver, donde alivio parte de su dolor.
Sus labios húmedos aun anhelaban aquel imposible ósculo que sabia nunca podría llegar, aun así decidió continuar con su vida, dejar aquel pueblo en el pasado y dejar que la peste siguiera varada en aquel puerto donde la encontró.
Ataviada con la ilusiones y sentimientos encontrados, se elevo por los cielos dejando aquel aroma dulce con la promesa de sonreír cada vez que recordara el último intercambio verbal con lo que ella no consideraba un cadáver.
Así fue como ella dejo todo el dolor en manos del que esta pudriéndose en el arco de la iglesia
Así fue como ella se llevo un pedazo de vida para que ella pudiera seguir el camino que ella misma se ha de trazar.
Mañana nacerá otra vez y vera que el sol brillara con toda su intensidad por ya no es la misma.
