DEJAVU.

¿Sabias que te llamas como el más poderoso de los arcángeles?
-Si
Y ¿Sabias que el tiene una espada de fuego?
-Si
También, es el encargado que hacer el trabajo duro y pelear las batallas de Dios, es quien comanda las tropas celestiales.
-¿?
De veras, el se encarga de guiar a todos aquellos que tienen una misión asignada por el jefe…
-Perdón, tengo que hablar con el encargado.
Me levante y fui a la mesa de la recepción, le pregunte a Esmeralda por el ingeniero, descolgó la bocina del teléfono y llamo a la extensión donde se encontraba, le dijo que yo estaba presente, acto seguido colgó.
Que lo esperes unos cinco minutos, por que tiene que ver si pasa o no pasa a la siguiente pista.
Regrese al sillón,
Mira, conozco un lugar que te hará sentir mejor…
-¿mejor?
Si, mira, te llevan a una hacienda en ella se hace un recuento de tu vida, y no es ningún tipo de secta…
-Perdón, pero se hace tarde y tengo que atender otro compromiso.
Me levante y salí del lugar, me siguió al elevador y me dijo:
Aquí esta mi teléfono, llámame y te explico con calma de que se trata, es una experiencia que tienes que vivir
-Déjame ver si tengo tiempo, pero no te aseguro nada, además estaré fuera de la ciudad unos días.
Le preguntare al ingeniero cuando regresas y haber si el me pasa tu teléfono.
-No, lo que pasa es que tengo que atender algunos asuntos fuera de la ciudad, sabes, son casas de familia y con respecto a lo otro, recuerda que no puede por aquello de seguridad laboral.
Si, ya recuerdo, pero mejor dámelo y te llamo por la noche, es más ¿Por donde vives?
-¿Por que?
Por que el asunto es por allá por el norte.
-Me queda a dos horas de casa, ¿es por la noche?
Si
-mmmm, déjame ver, pero de todas formas te llamo por la noche, con tu identificador de llamadas sabrás mi número, ¿como a que hora te encuentro?
A las nueve esta bien, ya solo estaré esperando que me llames, por que llego como a las cinco, pero de verdad llámame, por que te cambia la vida, tienes que vivirlo.
-Si te llamo, además disfruto mucho hablar contigo
Yo también y como me caes bien, pues te invito.
-Gracias, pero tengo que irme.
Nos despedimos, ella tenia una sonrisa cuando se cerraron las puertas del elevador, al salir del edificio saque el encendedor, después queme la tarjeta con su número y dije algo que quería decirle en su cara.
-No gracias, se de que se trata y no me interesa.