LA BULA DEL DOMINIO

Pocos son los hombres que pueden decir que han estado cerca de un demonio.
Quizás por eso son muchos los que dicen poder tener y retener a uno de ellos, sin importar como se hace, a ellos siempre les resulta muy fácil decir que se puede tener o retener a uno de esos seres.
Recordemos pues que un demonio es “uno de los Ángeles que enfrento a Dios en la batalla de los cielos”.
Cada uno de esos entes tiene sus propias características, y al igual que los Ángeles, tienen características propias y jerarquías, pero la mayoría de estos entes se encuentran desterrados en el desierto, esta mayoría compuesta por los demonios de menor rango y desfigurados tras la batalla de los cielos, son aquellos que sin mucho poder pueden viajar por la tierra pero no causar ningún daño a menos que alguno de los patriarcas de los avernos le otorguen algún “don” para encontrar camino a un cuerpo, lo que da como resultado una posesión.
Aun que muchos charlatanes dicen poder atrapar un demonio para que este les pueda conseguir algunas cosas al más puro estilo de un genio que puede cumplir deseas, el demonio puede ser capturado y manipulado, pero no por un ritual de un brujo o algo así.
La iglesia católica nunca ha querido desmentir ni afirmar la existencia de una bula que permite a un alto clérigo el atrapar y dominar a un demonio.
Si bien es cierto que esta bula fue concedida por una papa de dudosa legitimidad, es cierto que ningún pontificado ha dicho que este método no funcione y en algunos casos se ha manejado la información de que tras un exorcismo, el método ha sido utilizado para controlar al demonio que se expulsa y se mantiene en las catacumbas del vaticano con muchas de las reliquias existentes, como un pedazo de la cruz en la que fue crucificado Jesús, el último suspiro de San Pedro o los cofres de los tres reyes de oriente entre otras cosas.