martes, enero 25, 2005

LA SANTA INQUISICION.


Mucho tiempo se ha hablado de la Santa Inquisición, tribunal de la iglesia católica que regia en muchos sentidos el destino de la sociedad de la edad media.
La mayor parte de las personas creen que la inquisición solo se encargaba de quemar brujas, herejes y todo ese tipo de cosas, la mayor parte de quienes piensan eso están brutalmente equivocados.
La Santa Inquisición tenía un trabajo más allá de quemar brujas, pensemos un poco ¿Cuántos casos de quema de brujas se conocen en la región donde vives?, piensa, ¿son muchos?, creo que la mayoría no conoce casos en específicos.
La inquisición era algo más que una simple y vulgar policía religiosa, era también un poder que ayudaba a resolver los problemas de una sociedad.
En el caso concreto de América, la Inquisición creaba grandes lazos entre los diferentes poblados del continente y se encargaba de resolver problemas de índole civil, como reparto de herencias, de la tierra, encomiendas y tributos.
Era también la encargada de ejercer justicia en algunos de los lugares donde el poder de la corona no se daba abasto.
Hay que recordar que siempre ha sido mayor el miedo a un poder superior que aquel propinado por un hombre.
Bueno, y es probable que se pregunten ¿Qué pasa con aquellos rumores sobre la quema de infieles?
Eso es más complicado, por que para acusar a una persona de bruja y ese tipo de cosas, había que tener pruebas, no se podía acusar sin motivo, pues el acusador sería acreedor a una sanción física tal y como se le castigaría al acusado. Otra cosa importante es que el quemar a una persona no era cosa fácil pues uno de los mandamientos e no matar, la autorización de la quema era dispuesta desde la santa sede y en muchas ocasiones existían personas que morían esperando en los calabozos por que el documento se perdía en el traslado a Roma o al de la ciudad que lo tenia que recibir de regreso.
El final de este tribunal, se dio por el control que la corona empezó a obtener y la facilidad otorgada por el papado para que cada reino se ocupara de sus obispos y sedes religiosas.

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