jueves, enero 13, 2005

EL REINO DEL PRESTE JUAN.


Una de las estrategias de colonización evangélica del siglo XVI, cuando las colonias portuguesas empezaron a obtener beneficios por parte del pontificado en turno y la bula Romanos Pontifex ,los diferentes grupos de poder dentro del Vaticano iniciaron los planes para poder justificar la expansión religiosa y el dominio de la corona portuguesa al dirigir las nuevas expediciones y vigilar el cumplimiento de los acuerdos con las autoridades religiosas del momento, ordenando que un veedor vigilara los acontecimientos, mismo que anotaba los datos de la bitácora y los diarios de navegación del capitán y la tripulación.
El veedor tenía el deber de informar detalladamente de todo lo acontecido en los viajes y explicar en su informe, la manera en que los pobladores de las nuevas tierras descubiertas eran informados de la Fe cristianan y de aquellos que pidieran se llevara la Fe a nuevos lugares.
No se sabe en que momento llego, pero el papado recibió una carta que, según se dijo, había mandado un Rey que vivía en Asia y que pedía con urgencia la llegada de los embajadores del papa para poder evangelizar a todos los hombres y reinos que se encontraban en las cercanías de aquel reino avecindado por infieles.
La noticia que recorrió Europa con más velocidad que la hazaña de Gil Eanes al cruzar el cabo Bojador, llego a manos de los diferentes reinos del continente que trataron de enviar ayuda al hombre que firmaba la carta como EL PRESTE JUAN quien también se identificaba como el Rey de ese lugar.
Por décadas, el reino fue ubicado en los mapas portulanos y su búsqueda fue exhaustiva, la corona Portuguesa siguió la búsqueda del reino aun cuando los otros monarcas habían retirado el apoyo tras la desesperación de no encontrar aquel reino.
El papado siguió mandando a sus hombres bajo el mismo argumento, no solo en las expediciones de Portugal, si no en las de otros que a espaldas de la corona portuguesa y con la bendición del papa, recorrían el continente buscando el lugar en peligro por los infieles.
Con las coronas desgastadas y con el dato de la carta aportado por el Vaticano, se suspendió la búsqueda del reino, del cual el papado nunca ofreció una explicación.
El Vaticano obtuvo informes detallados de todas las expediciones y los logros en las mismas, intervenía en las decisiones dentro de le expedición y controlaba de mejor manera los tributos que le correspondían a la corona portuguesa, después, empezó a lucrar con la información obtenida por los veedores y las rutas que ellos habían trazado.
Lo curioso es que después de dar la información de la carta, nunca más se supo del reino del PRESTE JUAN, al cual la mayoría de los monarcas Europeos consideraba un héroe por haber muerto luchando en contra de los infieles.

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