miércoles, junio 15, 2005

LA LUZ MÁS BELLA.

En un principio, la máxima creación de Dios sostenía poder muy semejante al de su hijo, de hecho, fue creado antes de que el mismo Dios pensara en la redención del hombre y el sacrificio de su hijo, más bien, esté ser pudo tener las mismas habilidades de su creador, el más bello de los seres que el mismo había creado, pudo ser el que más le cuestionara, el hecho de hacerlo tan perfecto le hizo ver los defectos de la creación.
A pesar de ser la creación más grande de Dios y ser muy semejante en poder, también fue creado con algunos de los aspectos más cercanos a su creador, el principal los celos.
Si bien es cierto que en el Antiguo Testamento, Dios se presenta como un ente que puede presentar amor, ira, odio y por consecuencia celos, celos que se manifiestan en los sentimientos que son trasmitidos al hombre y a su creación más bella.
Dentro de estos designios, podemos encontrar que este mismo arcángel supremo no tiene intenciones malignas, de hecho como todo arcángel, es prácticamente imposible ver como es que este ser de perfección pudo corromperse y por ende, comprender su destierro.
El hecho de no haber sido elegido por el todo poderoso para encarnar a Verbo y ser la representación del Hijo de Dios en la Tierra, lo hacen tomar decisiones de intentar tomar su lugar como la “Gran creación”, pues siendo tan perfecto es excluido de uno de los hechos más significativos e importantes para su creador.
Este hecho trae por si solo una serie de actos que desencadenan una lucha entre el arcángel supremo por conseguir adeptos y culminara con la creación de un arcángel de guerra como lo es San Miguel y el exilio del arcángel supremo.
La batalla que se describe dentro de la Biblia en la que el gran dragón cae desterrado a la tierra y las legiones de ángeles que se habían revelado le acompañan en el destierro, pero en esa batalla nunca se menciona al arcángel supremo, de hecho, en esa batalla ni Dios ni su máxima creación participan directamente, lo hacen con sus respectivas creaciones, de un lado el gran dragón rojo y por el otro el arcángel de la guerra que gana la batalla para Dios.
Este hecho obliga al arcángel supremo a exiliarse en la tierra y ser desterrado del reino de los cielos.
Es en este lugar donde aquella creación perfecta se destierra en el desierto con su legión y vagan mucho tiempo al igual que lo harán los judíos.
Desde ese momento Luzbel empieza una lucha por su reino y empieza a crear alianzas con todos aquellos a quien Dios ha castigado, quizás con motivos muy alejados a todos sus críticos han expresado.

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